La familia de dulceros artesanales, desde hace décadas se han dedicado a este oficio, bisabuelos, abuelos, padres y ahora los nietos son quienes se han encargado de no dejar morir la tradición de estos productos fabricados con recetas originales.
Daniel Jiménez Chavarría, dijo que hace 65 años acudieron por primera vez o ofrecer sus productos de la Ciudad de México en los festejos del Señor de las Misericordias en Tampico Alto, pero después su abuelo murió y su padre se encargó de darle continuidad.
Son fieles creyentes y por una vez que tuvieron pocas ventas, su padre faltó una vez a los festejos y por todo un año sufrieron una crisis económica, por lo que hicieron la manda de nunca volver a faltar para que el negocio prosperara.
Lo que más marcó esta tradición fue que cuando mi papá vio que dejaron de venir clientes, ya no vino, faltó y todo ese año a él le fue muy mal y como muy fiel al Señor de las Misericordias, pensó que era un castigo y a partir de ahí hizo la promesa de que mientras él viviera, vendría a Tampico Alto vendiera o no vendiera.
Fuente: Milenio.com/
